El Papa y El Islam |
"Cualquiera
que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a
Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre
y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo
recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice:
¡Bienvenido! participa en sus malas obras." |
Una lectura desatenta o prejuiciada podría inferir sobre el carácter "injusto" de nuestra observación, justificando tal movimiento en base a la "misión evangelizadora universal" encomendada a la Iglesia. Cada lector tendrá la libertad de inferir si este "movimiento ecuménico" está realmente basado en la predicación del Evangelio de la gracia a través de la sangre de Jesucristo, o bien si es un fiel reflejo del inexorable cumplimiento de las profecías apocalípticas. No desaprovechemos el testimonio vivo de las cosas que están sucediendo delante mismo de nuestros ojos.
¿Qué es el Islam?
El Islam es una fe con profundas oposiciones al Cristianismo, de las que valen destacar: 1. Rechazan la divinidad de Jesucristo. Para ellos, Jesús fue sólo un buen profeta, de mismo nivel que Mahoma o cualquier profeta del Antiguo Testamento. Por ende no reconocen a Jesucristo como único Camino al Padre (1ª Timoteo 2:5). Dicen que a los ojos de Dios, Jesús fue un hombre como Adán. Y a quienes afirman que Jesucristo es Dios los llama infieles (Corán 5:76). Según el Corán, Jesucristo mismo habría negado enfáticamente Su propia divinidad (Corán 5:116) 2. Niegan que Jesucristo haya muerto en la cruz, y por lo tanto invalidan Su sacrificio expiatorio (Corán 4:156-158) 3. Rechazan la Trinidad (Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo) alegando que "Dios es uno" (Corán 2:110, 4:169, 17:111) 4. Rechazan las Sagradas Escrituras. Su regla de fe la obtienen del Corán, libro escrito por el profeta Mahoma, quien lo recibiera por revelación directa de Alá (Dios) (Corán 3:66). 5. Prohíben, so pena de muerte o brutal persecución, que cualquier otro mensaje religioso sea predicado en sus tierras y comunidades.
Islam
Religión monoteísta surgida en el siglo VII en la península Arábiga a partir de las enseñanzas de Mahoma, llamado el Profeta. En su acepción literal, la palabra árabe Islam significa 'entregarse', pero el Corán establece su sentido religioso, “someterse a la voluntad o a la ley de Dios”. La persona que profesa y practica el Islam es un musulmán (del árabe muslim, 'el que se somete a Dios'). Según el Corán, el Islam es la religión universal y primordial. Incluso la propia naturaleza es musulmana ya que obedece las leyes que Dios ha establecido en ella. Para los seres humanos, que tienen libre albedrío, la práctica del Islam no implica obediencia sino la libre aceptación de los mandatos divinos. El musulmán es un seguidor de la revelación divina (recogida en el Corán) formulada por el profeta Mahoma, lo que le convierte en miembro de la comunidad islámica (umma). Para algunos autores basta dar testimonio y pronunciar la shahada (profesión de fe) que se expresa al afirmar “No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta”. La fórmula es exclusiva. Ya que el propio Corán cita a los seguidores de Mahoma como “musulmanes” (Corán 22,78), éstos se sienten ofendidos cuando son denominados “mahometanos”, en tanto que este término implicaría un culto personal a Mahoma que es prohibido en el Islam.
La población musulmana mundial se estima en más de 935 millones de personas. El Islam ha florecido en muy diversas regiones geográficas, culturales y étnicas. Los principales grupos étnicos que componen la comunidad musulmana engloban a los árabes (la mayor parte del norte de África y Oriente Próximo), pueblos turcos y otomanos (Turquía, regiones de la antigua Unión Soviética y Asia Central), iraníes, afganos, indo-musulmanes (Pakistán, India y Bangladesh), comunidades del Sureste asiático (Malaysia, Indonesia y Filipinas) y un pequeño porcentaje de chinos. En Europa, el Islam es la segunda religión más profesada después del Cristianismo.
El Corán
Los musulmanes consideran el Corán como la palabra “increada” de Dios revelada a Mahoma por medio de san Gabriel, el arcángel de la revelación. Creen que su autor es el mismo Dios, y no el Profeta, por lo que el Corán es infalible. La palabra procede del árabe al-qur'ân, 'la lectura' o 'la recitación'. Recoge las diferentes revelaciones de Alá a Mahoma durante los casi 22 años de su vida profética (610-632). Está dividido en 114 suras (capítulos) de desigual extensión, el más breve contiene sólo 3 versículos y el más amplio 306 versículos largos. Tanto investigadores islámicos como no islámicos coinciden en la integridad que sustancialmente ha mantenido el texto del Corán a lo largo de la historia.
El Sumo Pontífice Romano besa el Corán El Corán es el libro sagrado de la fe musulmana. Según la creencia del Islam, el mismo fue escrito por el profeta Mahoma gracias al dictado, por indicación divina, del aparecido Arcángel Gabriel. Este libro contiene enseñanzas de profundo contenido anticristiano (nota), llegando al punto de ridiculizar a quienes afirmen que Jesucristo es el Hijo de Dios. Según el Corán, el mismo Jesucristo, con sus propias palabras, niega serlo.
En una actitud que sería hasta difícil de aceptar si no pudiera verse en una fotografía, el Papa Juan Pablo II besó este libro sagrado musulmán. Cuesta creer que el apóstol Pedro o el apóstol Pablo hubieran tenido similar actitud.
El Corán niega que Jesucristo haya muerto en la cruz y por tanto el valor expiatorio de la muerte del Señor: "Ellos dicen: «Ciertamente nosotros hemos matado al Mesías, Jesús, hijo de María, Enviado de Dios», pero no le mataron ni le crucificaron, pero a ellos se le pareció. Quienes discuten y están en duda acerca de Jesús, no tienen conocimiento directo de él: siguen una opinión, pues con certitud, no le mataron, al contrario, Dios le elevó hacia Él, pues Dios es poderoso y sabio." (Corán 4:156)
Por el contrario, la Biblia enseña que a través de la muerte de Jesús en la cruz Dios proveyó el sacrificio imprescindible para posibilitar nuestra reconciliación con Él a través de la expiación de los pecados: "y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día; y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones ..." (Lucas 24:46-47) "Este (Jesús) fue entregado según el determinado propósito y el previo conocimiento de Dios.; y por medio de gente malvada, ustedes lo mataron, clavándolo en la cruz." (Hechos 2:23). "Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras..." (1 Corintios 15:3-4) "Porque agradó al Padre que en Él habitara toda la plenitud, y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de la cruz" (Colosenses 1:19-20).
El Romano Pontífice visita una mezquita
Karol
Wojtyla será el primer Papa de la historia que llega a Siria "El momento central de esta peregrinación apostólica quedará para la historia en la tarde del domingo, cuando Juan Pablo II ingrese en la gran mezquita de Damasco... Tras haberse quitado los zapatos, como es obligatorio para todos los fieles, Juan pablo II irá a rezar a la tumba del apóstol San Juan y visitará después la mezquita, que es uno de los más preciados monumentos del Islam..." (Diario Clarín - Argentina - 4 de mayo 2001)
Es
la primera vez que un pontífice católico entra y reza en un templo del
Islam El principal objetivo del Papa es estimular a musulmanes y cristianos a dejar de considerarse mutuamente como enemigos. Por eso ayer el Papa dijo en la gran mezquita: "..es importante que musulmanes y cristianos continúen explorando juntos cuestiones filosófocas y teológicas a fin de obtener un conocimiento más objetivo y completo de las creencias religiosas del otro. Una mejor comprensión recíproca llevará, a nivel práctico, a un nuevo modo de presentar nuestras dos religiones, no en oposición, como ha sucedido demasiadas veces en e pasado, sino a una colaboración para el bien de la familia humana..." En la homilía de la misa que ofició en el estadio Abbassiye de Damasco, Juan pablo II afirmó que "en esta Tierra Santa cristianos, musulmanes y judíos están llamados a trabajar juntos con confianza y audacia y hacer que llegue pronto el día en que cada pueblo vea respetados sus derechos legítimos..." (Diario Clarín - Argentina - 7 de mayo 2001)
El
Papa llegó a Malta, el final de su gira tras los pasos de San Pablo "Juan Pablo II se convirtió en el primer Papa que entró en un lugar musulmán de oración, al visitar la mezquita de Omeya, en el corazón del casco antiguo de Damasco. Allí reforzó sus llamamientos por un mayor diálogo entre las religiones monoteístas nacidas en Oriente Medio: el cristianismo, el islam y el judaísmo..." "Oro porque la larga tradición de Siria -de relaciones armónicas entre cristianos y musulmanes- dure y se haga aún más fuerte, como testimonio ante el mundo de que la religión, como adoración del Dios todopoderoso, siembra las semillas de la paz en el corazón de los pueblos..." (Diario Clarín - Argentina - 9 de mayo 2001)
¿Es este el Vicario de Cristo en la Tierra? (Leer esta crítica de Sitio Católico)
Historia del Islam
Del pueblo judío había venido, humanamente hablando, Jesús de Nazaret, a quien bien pronto un número considerable de judíos y gentiles, mayormente del mundo greco-romano, reconocieron como el Mesías de Dios, enviado para iluminar y levantar un pueblo especial, redimido y privilegiado, de entre todas las naciones de la tierra, tal como fue dicho a Abraham: "En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra." (Génesis 12:3) Pero descendientes de Abraham eran, no solo los judíos, sino también los árabes, los idumeos, los moabitas y demás tribus ismaelitas que poblaban la tierra de alrededor de Israel. Entre ellos era conocida la historia de sus orígenes, según tenemos en la Biblia, y que los judíos se habían cuidado de circular, por lo cual existía una especie de envidia entre estos pueblos relegados a un segundo plano y los judíos. ¿Porqué el Mesías de Dios debía ser judío y no ismaelita, si ellos eran también descendientes de Abraham? En realidad, el pueblo árabe y en particular la tribu de Ismael (El hijo ilegítimo de Abraham) que llegó a constituir uno de los grupos étnicos más poderosos de la península arábiga, siempre reclamaron y se sintieron poseedores de ser el pueblo elegido por Dios. Según la creencia ismaelí, el primer hijo de Abraham es, en efecto, su heredero, ya que para el mundo árabe la relación Abraham-Agar se da dentro de los límites de la legalidad. De este modo, lo único que esperaba el pueblo árabe, ese gigante y disperso conglomerado de gentes del desierto, politeístas y aislados de la historia de occidente, era la aparición de alguien que se auto-proclamara Mesías, de ascendencia árabe. En el año 570 nació en La Meca un niño que con el tiempo habría de llegar a ser el profeta esperado por los descendientes de Ismael. Huérfano de padre y madre desde temprana edad, aquél niño se crió en un ambiente de retraimiento; a los 15 años se casó con una viuda rica que lo doblaba en edad. En una ocasión, cuando guiaba una caravana comercial, el joven, de nombre Mahoma, tuvo un encuentro con un monje cristiano monofisista, de la secta nestoriana, quien lo evangelizó y ganó al joven para sus ideas. Cristo, según las enseñanzas del monje místico, era un gran profeta, pero no el Hijo de Dios; en él la naturaleza divina estuvo una temporada y se ausentó cuando fue llevado a la cruz. El impacto que causaron estas ideas en la mente inquieta de Mahoma fue tal que decidió abandonar su vida de mercader y se dedicó a la vida contemplativa. Se recluyó en una cueva, cerca de La Meca, donde pasaba días enteros dedicados al rezo y a la meditación. Es importante destacar que mientras esto ocurría en la vida de aquél árabe, por ahora desconocido, , los judíos habían rechazado a Cristo, entre tanto que los cristianos, poderosos en las orillas del Mediterráneo, se habían apartado grandemente de las enseñanzas del Nuevo Testamento, entregaban a la veneración de las imágenes y para mayor escándalo habían estado matándose unos a otros en Bizancio, en las guerras político-religiosas de los iconoclastas. En estas circunstancias, Mahoma, quien era, al parecer, descendiente de la tribu de Ismael (pertenecía a la familia de los quoraicitas, quienes detentaban el poder religioso y político de La Meca), llegó a la convicción de que él era el nuevo enviado de Dios para fomentar una nueva religión universal basada en la fe de Abraham. Por aquél tiempo, Mahoma asegura haber tenido la aparición del Arcángel Gabriel, el cual le empezó a dictar el libro del Corán (lecturas en voz alta), que poco a poco llegaría a ser el libro sagrado de la nueva religión. Desde entonces, Mahoma empezó a predicar la ira divina contra la idolatría por las calles de La Meca y en un principio tuvo muy pocos adeptos. Por el contrario, sus familiares, que eran los sustentadores de los cultos idolátricos, se sentían amenazados y ofendidos con su exótico pariente, y trataron de matarlo. Mahoma huyó entonces a la ciudad de Medina (Medinah) con un pequeño séquito de conversos; su salida de La Meca es conocida como la Hégira (Huída) y marca el comienzo de la era musulmana, el 15 de Julio de 622. En poco tiempo, los grupos políticos de Medina le entregaron la ciudad a Mahoma y llegó a conformar un poderoso y temido ejército de fanáticos religiosos, quienes asaltaban las caravanas comerciales que se dirigían a La Meca, logrando así desestabilizar la economía de la más importante ciudad de Arabia. Después de varios intentos, Mahoma logró conquistar La Meca, a la cual entró victorioso en 630. En los años siguientes, el profeta de la nueva religión, el Islam (que significa "sumisión a Dios"), había logrado dominar a toda la gigantesca península arábiga y le había dado una unidad religiosa a los pueblos árabes, impuesta a través de la violencia y el fanatismo. Al morir Mahoma en 632, los califas que le sucedieron se encargaron de extender rápidamente el islam, con el poder de las armas, por todo el imperio persa y sirio, invadieron el norte de África y desde allí penetraron a España en 711 la cual dominaron cerca de 800 años, hasta 1492. En los Pirineos fueron contenidos por las tropas galas de Carlos Martel, pero a la fecha, los seguidores de Mahoma y El Corán, se hallaban vigorosamente consolidados en una gran parte del mundo de la Edad Media baja. El cristianismo quedó estancado en Europa, mientras que los vastos territorios de la India, China y todo el oriente, quedaban en las tinieblas del paganismo y las ideas supersticiosas acerca de Dios, prevaleciendo la idea de las castas, la divinización de los animales, el culto a los antepasados y la adoración de sus caudillos, en vez de ser alcanzados por la fe cristiana que refleja el infinito amor de Dios manifestado en la persona de Jesucristo. ¿Qué hubiera pasado si los cristianos, en cambio de dedicarse a disputar en airados concilios o de fijar decretos de carácter autoritario sobre el gobierno de la Iglesia, se hubiesen dedicado a predicar el Evangelio de la gracia de Dios al mundo? Se habrían formado, sin duda, grupos de creyentes de opinión algo diferentes en detalles, pero cumpliendo los preceptos de Cristo en cuanto al amor, la tolerancia y la humildad; todos se habrían sentido unidos en cuanto a su fe en Dios y su amor y gratitud hacia Jesucristo, nada más, y nada menos. La Iglesia del Señor, formada por centenares de miles de grupos autónomos no habrían tenido la oportunidad ni el deseo de perseguirse unas a otras, sino trabajar todas para el engrandecimiento del reino de Dios y no se habría dado el terrible escándalo, que tanto regocijó al enemigo, de levantar cadalsos y encender hogueras para eliminar a los creyentes en el mismo Dios y en el mismo Jesucristo que no obedecían al Papa.
Las Cruzadas: una respuesta equívoca y malograda contra el Islam. Y nuevamente la cristiandad oficializada e institucionalizada de la Edad Media reaccionaría equivocadamente para hacer frente a un sorpresivo y fulminante enemigo político-religioso que avanzaba delante de sus ojos, impetuosos e incontenibles. Es entonces cuando surge el aparatoso y lamentable movimiento de las cruzadas, la mayoría de ellas promovidas desde el Vaticano. Hubo siete cruzadas. La primera y principal fue la que promovió el Papa Urbano II en el Concilio de Clermont Ferrant, el 28 de noviembre de 1095. La invitación fue aceptada por todos los oyentes, quienes frenéticamente gritaron: "¡Dios lo quiere, Dios lo quiere!" Urbano II, en un acto completamente contrario a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, concedió una Indulgencia Plenaria a todos los que tomasen parte en la cruzada, asegurándoles la redención de todos los pecados y la salvación eterna a los que muriesen en aquella guerra. Extracto del libro "Se renueva la Iglesia Católico-Romana? Por el Dr. Samuel Vila. Ed. Clie, 1987 - p. 109/114.
"Bienaventurado
el que lee, dijo Jesucristo Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida NADIE viene al Padre, sino POR MI" ( Juan 14:6 )
JESUCRISTO ES MAS QUE UN GRAN MAESTRO ES TU ÚNICA ESPERANZA
"Conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará Libres..." ( Juan 8:32 )
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