Nos escriben ...
 

Profesor de Teología católica

De: Gustavo Daniel D'Apice < [email protected]>
Para: [email protected]
Fecha: Jueves 11 de Mayo de 2006 01:33
Asunto: Hermano Daniel Sapia

Estimado hermano: Me apena profundamente que en estos tiempos de búsqueda de unidad ataques tan frontalmente lo que tan poco conoces a pesar de tus citas. Creo que deberías tener un diálogo teológico, bíblico y espiritual más adulto con representantes genuinos y sabios de la fe católica.

Yo también tendría muchas cosas que objetas a las iglesias evangélicas, pero lo hago después de amarlos y dialogar y ser amigo de alguno, no como "dando golpes en el vacío".

Creo que tu página denota gran pobreza espiritual y formativa, y que por lo visto, tu seguimiento de Jesús Resucitado está muy lejos de ser auténtico en tu discipulado. Si yo soy hermano de Cristo, cómo me atacas tú que también dices ser hermano de Él. ¿Acaso tu lucha es fratricida?

Me parece que te has quedado en el tiempo, y que destilas veneno por tus páginas aparentemente cristianas. Satanás es el padre de la división y de la mentira. Y veo que, aunque yo me pueda equivocar en un sinnúmero de cosas, tus páginas no denotan amor, sentido de unidad cristiana, ni reconciliación y amistad con tu hermano católico.

Sin duda, dirás que no soy tu hermano. Pero yo te digo: Eres mi hermano, y estás o quieres estar muy lejos de mí.

Me llena de tristeza. Gustavo Daniel.

Gustavo Daniel D´Apice
Profesor Universitario de Teología
Pontificia Universidad Católica
www.es.catholic.net/gustavodaniel
Ver: http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=497
(54) (15) xxx-xxx-xxxx (cel. c/ msj)

 

De:  <[email protected]>

Para: Gustavo Daniel D'Apice < [email protected]>
Fecha: Sábado 14 de Mayo de 2006 10:31 PM

Asunto: RE: Hermano Daniel Sapia

Gustavo, Amado en Cristo, paz de Dios en su preciada vida. Muchas gracias por escribirme. Espero que sus cosas se encuentren bien, bajo las bendiciones del Señor. Agradezco el tiempo dedicado a leer el material de mi sitio web, y a enviarme sus comentarios y opiniones. He leído su carta, y quisiera que me permitiera hacerle unos comentarios y aclaraciones a lo allí expresado por Ud.

 "Me apena profundamente que en estos tiempos de búsqueda de unidad ataques tan frontalmente lo que tan poco conoces a pesar de tus citas. Creo que deberías tener un diálogo teológico, bíblico y espiritual más adulto con representantes genuinos y sabios de la fe católica."

Gustavo, ya desde el inicio mismo queda claro el espíritu de su carta, prejuzgando sobre “ataques”, y menospreciando generalizadamente mi nivel de conocimientos. Inadecuado comienzo si de exhortar en “búsqueda de unidad” se trata. 

Lamento ser causa de pena para Ud. Créame que no es el fin perseguido. No obstante no puedo regular el efecto que lo expuesto en el sitio pueda causar en los lectores. Es evidente que tenemos conceptos diferentes respecto a lo que significa "búsqueda de unidad". Desde un punto de vista Católico Romano sin dudas no podría hablarse de "unidad" fuera del redil gobernado por el Romano Pontífice. Ciertamente el gratuito mote que nos dedican de "hermanos separados" habla a las claras de lo que intento significar. 

Para los que no estamos sometidos a una obediencia ciega a los designios y decretos del Catolicismo Romano, consideramos que la única "unidad" digna de ser buscada es la unidad bajo el único Pastor, Jesucristo nuestro Señor. Por Él, con Él y en Él existe la única unidad válida, digna de ser predicada, digna de ser buscada, aún a costa incluso de poder ser calumniado, maltratado, menospreciado. Todo lo demás no deja de ser proselitismo institucional, de mayor o menor envergadura, pero institucional al fin. Quienes no comprenden esto que acabo de decir, sin dudas verán "ataques frontales" en cualquier opinión contraria a las enseñanzas e intereses de su particular grupo religioso. Eso, estimado Gustavo, ya es harina de otro costal. 

Respecto a que "hablo de lo que tan poco conozco", pues, no es Ud. novedoso ni original en la opinión. El descrédito puede ser una alternativa viable a la hora de intentar combatir opiniones adversas. He practicado el Catolicismo durante 32 años. Por supuesto que eso no me gradúa de "sabelotodo", pero al menos nadie puede negar que hablo de aquello que he personalmente vivido.  

Sin dudas (como dije antes) no creo "saberlas todas", en absoluto! Mucho me falta por aprender. No obstante voy viendo mi alentador progreso a medida que pasan los años. Pero ¿sabe una cosa, Gustavo? El Señor no utiliza a los capacitados, sino que capacita a quienes utiliza. Me pregunto: ¿Qué cambió a lo largos de los siglos para que ahora el Evangelio le sea revelado a los "sabios y entendidos" y se les oculte a los "niños"? Porque la Escritura enseña que es exactamente al revés (Lucas 10:21; 1 Corintios 1:26-31) La gloria para el Señor. 

Mientras tanto, los escritos y artículos que humildemente comparto para bendición y edificación en Cristo, están allí, para poder ser evaluarlos por quién lo desee, conforme la medida de objetividad que le sea permitida, e incluso, poder ser comentados y criticados, posibilidad abierta también para todo “representante genuino y sabio de la fe católica”. No me quedó claro el sentido de la expresión “diálogo más adulto”. No se si significa -en código- algo que hasta ahora desconozco, o simplemente es una manera peyorativa de indirectamente cualificar mi nivel de diálogo actual (conforme –claro- su personal óptica). No lo tome como una respuesta cerrada, pero créame que más de una vez fueron los “representantes genuinos y sabios” quienes prefirieron evitar el diálogo. Sea lo que fuere, le agradezco la sugerencia. 

“Yo también tendría muchas cosas que objetas a las iglesias evangélicas, pero lo hago después de amarlos y dialogar y ser amigo de alguno, no como "dando golpes en el vacío"...” 

Seguramente hay algo que no debo terminar de percibir o entender de su expresión. Porque no creo que Ud. esté queriendo sugerir (imprudentemente) que en mi caso no se dan las premisas que enuncia. ¿Puede Ud. atestiguar que yo no amo al católico? ¿Puede Ud. demostrar que yo no he dialogado con ellos? Más aún ¿Puede Ud. demostrar que yo no he sido (y lo sigo siendo) amigo de alguno(s)...? No lo creo. Lamento que Ud. se haya formado una imagen tan distorsionada de la realidad que verdaderamente subyace detrás del responsable y administrador del sitio web que ha visitado. Y créame que, con total humildad se lo expreso, conforme los frutos palpables de los que he sido testigo a lo largo del tiempo, mi trabajo en internet está muy lejos de ser –como sugiere- “golpes en el vacío...”

“Creo que tu página denota gran pobreza espiritual y formativa, y que por lo visto, tu seguimiento de Jesús Resucitado está muy lejos de ser auténtico en tu discipulado…” 

Estimado Gustavo, está fuera de toda duda que anhelo para mi vida un perseverante crecimiento espiritual, camino iluminado por la luz de Dios conforme a Su perfecta y soberana voluntad en Cristo Jesús. Como dijera el apóstol Pedro: -“¿A quién iremos?”. 

Agradezco su opinión respecto al nivel de calidad espiritual y al de formación que poseo, aunque obviamente no la comparta. En lo personal creo que antes de estar juzgando sobre “pobreza espiritual y formativa” de otras personas, debería preocuparse por la suya propia. Tómelo como un consejo en amor cristiano. Digo esto, porque habiendo ingresado en los enlaces que propagandeó al pie de su carta, he podido leer material suyo (titulado “Dialogando”) en donde, entre otras cosas, demuestra un total desconocimiento respecto a una de las doctrinas principales del Cristianismo (si no la central), es decir, la Doctrina de la Justificación. Allí dice Ud. que el Bautismo es el “Sacramento de la Justificación cristiana que nos hace hijos de Dios” [1]. Y conforme lo registrado en la Sagrada Escritura eso en absoluto es así. Una persona no es hecha hija de Dios o justificada ante el Padre por medio de un rito, como Ud. afirma. La Biblia es muy clara al respecto: Somos justificados y hechos hijos de Dios -no por participar en un rito sino- POR LA FE. Cito desde la versión que Ud. mismo recomienda [2]: 

Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5,1) 

“..el hombre no es justificado por las obras de la Ley, sino por la fe en Jesucristo, para ser justificados por la fe en Cristo…” (Gálatas 2,16) 

“Es evidente que delante de Dios nadie es justificado por la Ley, ya que el justo vivirá por la fe.” (Gálatas 3,11) 

“.. la Ley nos sirvió de guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. Y ahora que ha llegado la fe, no necesitamos más de un guía. Porque todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús..” (Gálatas 3,24-26) 

“La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre. Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios. Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.” (Juan 1,11-13) 

“Y la justificación que ustedes no podían alcanzar por la Ley de Moisés, gracias a él, la alcanza todo aquél que cree.” (Hechos de los Apóstoles 13,38-39) 

“…siendo justo y justificando a los que creen en Jesús.” (Romanos 3,26) “Porque nosotros estimamos que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la Ley.” (Romanos 3,28)

De modo tal que, como dije antes: en lo personal creo que antes de estar juzgando sobre “pobreza espiritual y formativa” de otras personas, debería preocuparse por la suya propia, más allá de los títulos que los hombres le hayan otorgado. Tómelo como un consejo en amor cristiano. 

Y respecto a la autenticidad de mi discipulado en Cristo Resucitado, pues será Él quien juzgue con perfecta justicia la calidad del mismo. Y para ello, sin dudas, influirá si yo estoy predicando a una particular Institución religiosa “X” (como es su caso, Gustavo), o si en cambio predico libertad espiritual en Su Nombre (Juan 8,31-36) 

“Si yo soy hermano de Cristo, cómo me atacas tú que también dices ser hermano de Él. ¿Acaso tu lucha es fratricida? Me parece que te has quedado en el tiempo, y que destilas veneno por tus páginas aparentemente cristianas. Satanás es el padre de la división y de la mentira.” 

Amado en Cristo, yo no ataco ni a Ud., ni a ningún hermano, ni a nadie de mi prójimo. Guardo en mi corazón la misma intención que fuera instruida por el apóstol Pablo a su discípulo, registrada en 2 Timoteo 4,1-5. Y lejos de ser meros “ataques”, son exhortaciones a seguir las enseñanzas de la Palabra de Dios registradas en las Escrituras, REGLA (“canön”) de Fe de la Revelación divina. 

Tampoco entiendo la expresión de que “me he quedado en el tiempo”. La exhortación a cuidarse de falsos evangelios ha nacido con la Iglesia (cf. Gálatas 1:8-9, 1 Pedro 3,15). Y cobra especial importancia en épocas en donde se pregona un ecumenismo que, lejos de tener a la verdad como una prioridad, la subordina como variable de ajuste que puede ser desechada en caso de que atente contra el éxito del rejunte. 

“Y veo que, aunque yo me pueda equivocar en un sinnúmero de cosas, tus páginas no denotan amor, sentido de unidad cristiana, ni reconciliación y amistad con tu hermano católico.” 

Es que todo depende de la carga de prejuicios con que se lea. Por mi parte estoy convencido que no existe mayor amor que el exhortar a alguien sobre caminos ajenos a la Voluntad de Dios, aún a riesgo de ser agredido; no existe mayor unidad cristiana que predicar una unión EN CRISTO (no en el Papa o en una “X” Institución religiosa humana, por más antigua que sea); no existe mayor reconciliación que aquella que nos reconcilia con Dios Padre, aunque tengamos que rechazar tradiciones de hombres aprendidas por generaciones; y no existe mayor amistad con mi hermano católico que aquella que ofrezco para bendición espiritual en Cristo, aún a riesgo de ser maltratado o agredido. 

“Sin duda, dirás que no soy tu hermano. Pero yo te digo: Eres mi hermano, y estás o quieres estar muy lejos de mí.” 

Yo no tengo autoridad para pontificar acerca de su estado espiritual frente a Dios, y por ende no puedo afirmar o negar lo que Ud. realmente es, o no es. Con lo cual se vuelve a equivocar, suponiendo una negación de mi parte. Gustavo, no lo tome a mal (sino como humilde consejo): una carga tan grande de prejuicios le impiden a Ud. tener una visión objetiva de mis principios, de mis intenciones y de la situación en general. 

Ud. me habla desde la Iglesia que tiene como piedra fundamental al apóstol Pedro (Catecismo Católico N° 552, 586, 881). Yo predico exhortándole a que se reúna conmigo en la Iglesia que lo tiene como Fundamento a Jesucristo (1 Corintios 3:11). Es Ud. quien decide permanecer allí, donde el fundamento es una criatura. Si algo quiero (respecto a distancias), es que estemos juntos en Cristo. 

“Me llena de tristeza.”

Estimado Gustavo, oraré por Ud. para que se goce junto conmigo en el Señor. 

Dios le bendiga y le guarde en todos sus caminos.

En el amor de Cristo, a quien amo y sirvo.

Daniel Sapia

www.conocereislaverdad.org

Notas:

[1] http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=497&capitulo=6345

[2] “La más adecuada actualmente a la idiosincrasia y comprensión argentina, es “El Libro del Pueblo de Dios. La Biblia”, traducida por los biblistas platenses Levoratti y Trusso, y revisada por el exégeta porteño Luis H. Rivas, profesor actual de Biblia en la UCA.” http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=497&capitulo=6336

De: Gustavo Daniel D'Apice < [email protected]>
Para: [email protected]
Fecha: Lunes 15 de Mayo de 2006 13:42
Asunto: RE: Hermano Daniel Sapia

Estimado hermano:

Gracias por su atento e-mail y por sus valiosos conceptos, tan dignos de tener en cuenta.

Trataré de responder al mismo a la brevedad.

La paz de Jesús, el Señor, esté con usted.

Gustavo D.

 

 

De: Gustavo Daniel D'Apice < [email protected]>

Para: [email protected]

Fecha: Lunes 15 de Mayo de 2006 13:42

Asunto: Jesús es tu paz

Querido hermano: 

Sin duda que un diálogo epistolar es mucho más dificultoso que un diálogo personal para aclarar dudas y conceptos, tanto de tu parte como de la mía. De tu parte, en muchas de las cosas que interpretás que digo, y que no son así. Son interpretaciones tuyas de lo que digo, según tus propios prejuicios y preconceptos, como decís que son los míos cuando trato de decir lo que expresás en tu web. Sin embargo, algunas cosas considero que deben ser aclaradas: 

Primero, el movimiento ecuménico no creo que sea un rejunte para conveniencia de algunos: Tanto la Iglesia católica, como las evangélicas y la ortodoxa, piensan que la unidad se dará cuando Jesús quiera, cómo Jesús quiera, de la manera que Jesús quiera. 

No se trata de que el evangélico se haga católico ni viceversa. Por eso tiene que ser obra del Espíritu y debemos purificar nuestro corazón y nuestra memoria de los mutuos agravios para ser fieles a la unidad que hubo desde un principio. Somos hermanos separados porque no estamos unidos, nada más. Yo no veo, por los conceptos que ambos nos vertemos, que ni siquiera estemos unidos en Cristo Señor. Llegará quizá un momento en que seamos hermanos unidos en Jesús, pero por ahora es evidente que no lo somos. Las culpas de la división dejémoslas para el juicio de Dios. Pero sí hubo motivos de una y de otra parte. Por lo tanto, yo no soy discípulo de un Papa u Obispo, aunque respeto su dignidad como respeto la tuya en el rol que el Señor te ha puesto. El verdadero católico, como el verdadero ortodoxo o evangélico, es discípulo de Jesús Resucitado, y de ningún otro. Podemos tener muchos maestros o quienes nos señalen de una o de otra manera el camino, o nos acompañen en la fe, como vos lo hacés, pero Jesús es al único que seguimos. Por lo menos es mi caso. Vos decís que es el tuyo también. Demos gracias a Dios.

Tampoco minusvaloro tus conocimientos, ya que no sé nada de ellos. Sí que interpretás de manera distinta al significado que le queremos dar nosotros a ciertos conceptos y prácticas. Por ejemplo la cuestión del Bautismo. Todos sabemos que nos justificamos por la fe en Cristo. Incluso iglesias luteranas, católica y otras han suscripto recientemente un documento conjunto sobre la justificación.

Pero la fe en Cristo te hace pedir el Bautismo. Fe y Bautismo son inseparables. El hombre se justifica por creer en Cristo, y la fe en Jesús te hace bautizar.

Con referencia al propagandeo. Trataré de sacar ese sitio que coloco "ver".

De todas maneras, no pensará que yo pienso que usted estará de acuerdo con todo lo que escribo. Pero no podrá decir que digo ni siquiera algo negativo de un hermano cristiano, ya sea católico, evangélico u ortodoxo. Es más, si tengo que remarcar las tintas, lo hago con aquellos que son de mi denominación.

De:  <[email protected]>

Para: Gustavo Daniel D'Apice < [email protected]>
Fecha: Domingo 21 de Mayo de 2006 13:20

Asunto: RE: Jesús es tu paz

Estimado Gustavo, paz de Dios en su vida. Agradezco su tiempo, y la atención dispensada a mis comentarios... Recibo su respuesta en buen espíritu, aunque le confieso que no pude evitar notar en ella algunas cosas que me llamaron la atención, como expresiones contradictorias con su primera carta. Permítame explicarme (subrayados agregados): 

Dijo Ud: "Primero, el movimiento ecuménico no creo que sea un rejunte para conveniencia de algunos: Tanto la Iglesia católica, como las evangélicas y la ortodoxa, piensan que la unidad se dará cuando Jesús quiera, cómo Jesús quiera, de la manera que Jesús quiera." 

Creo firmemente que una cosa es el ecumenismo pretendido por la Iglesia de Roma, y otra cosa diferente es la unidad fraterna de la Iglesia de Cristo. El ecumenismo pretendido por Roma avanza sin desatender ni desautorizar en lo más mínimo la famosa declaración -nunca derogada- del Papa Bonifacio VIII en la Bula Unam Sanctam. Teniendo en cuenta esta declaración autoritativa, pues, lo que verdaderamente significa "ser uno en Cristo", a mi humilde entender, sin dudas es otra cosa. 

"No se trata de que el evangélico se haga católico ni viceversa. Por eso tiene que ser obra del Espíritu y debemos purificar nuestro corazón y nuestra memoria de los mutuos agravios para ser fieles a la unidad que hubo desde un principio. Somos hermanos separados porque no estamos unidos, nada más. Yo no veo, por los conceptos que ambos nos vertemos, que ni siquiera estemos unidos en Cristo Señor. Llegará quizá un momento en que seamos hermanos unidos en Jesús, pero por ahora es evidente que no lo somos." 

Por lo que entiendo y conozco, SI se trata de que todo "hermano separado" deje de estar "separado" y se haga Católico romano. O acaso... ¿permitirán que formen parte de la "única Iglesia verdadera" sin que -por ejemplo- reconozcan al Papa como máxima y soberana autoridad eclesial? ¿Los aceptarán en el seno de la Institución, como miembros plenos, aunque no acepten a la Tradición como fuente de revelación divina? No existe el menor indicio para suponer que tales cosas sucederán. Con lo cual, póngale el nombre que desee, para la Iglesia de Roma no hay "uno en Cristo" si no existe subordinación al Romano Pontífice. Si Ud., como profesor de Teología, conoce alguna declaración oficial en contrario, le agradeceré me la comparta. 

Por otro lado (curiosidad 1), dice Ud. ahora que "..es evidente que por ahora no somos [hermanos]..". Sin embargo al cierre de su carta anterior me había dicho: "Sin duda, dirás que no soy tu hermano. Pero yo te digo: Eres mi hermano, y estás o quieres estar muy lejos de mí." Sinceramente no le entiendo. 

"..yo no soy discípulo de un Papa u Obispo, aunque respeto su dignidad como respeto la tuya en el rol que el Señor te ha puesto." 

(curiosidad 2) Estimado Gustavo, dice ahora Ud. que "respeta mi dignidad... en el rol que el Señor me ha puesto." Pero en su anterior carta no pareció que ese fuera su sentir, por ejemplo al hablar de mis "escasos conocimientos", de que mi trabajo denota "gran pobreza espiritual y formativa", que "destilo veneno por mis páginas supuestamente cristianas" y que "Satanás es el padre de la mentira y la división".. Nuevamente no le entiendo. 

"..Jesús es al único que seguimos. Por lo menos es mi caso." 

La primer sensación al leer su afirmación es de regocijo. Pero por prudencia y para comprender sanamente los alcances de sus palabras creo que debería definirse primero qué cosa significa "seguir a Jesús". Porque ambos podemos afirmar eso y sin embargo bien podríamos estar creyendo y practicando cosas diferentes (como efectivamente sucede). "Seguir a Jesús", pero ¿conforme a qué? ¿A lo que revela la Biblia y sólo ella? ¿O a lo que revela la Biblia más lo que se toma de la Tradición más lo añadido por los Papas infalibles? Notará, pues, que una frase que pareciera tan acabada, en realidad puede no serlo tanto... 

"Tampoco minusvaloro tus conocimientos, ya que no sé nada de ellos. Sí que interpretás de manera distinta al significado que le queremos dar nosotros a ciertos conceptos y prácticas."  

(curiosidad 3) Gustavo, ¿se da cuenta cuán importante es aquello que "está escrito"? Porque en base a sus palabras en la anterior carta, pareciera que esta última fue escrita por otra persona... (?). Ahora dice Ud. que no minusvalora mis conocimientos, ya que no sabe nada de ellos (textual). Sin embargo en su primera carta dijo que mi página "denota gran pobreza espiritual y formativa.." y que ataco frontalmente "lo que tan poco conoces a pesar de tus citas.". Si eso no es desvalorizar mis conocimientos, entonces no se lo que es. Sigo sin comprenderle. 

"Por ejemplo la cuestión del Bautismo. Todos sabemos que nos justificamos por la fe en Cristo. Incluso iglesias luteranas, católica y otras han suscripto recientemente un documento conjunto sobre la justificación. Pero la fe en Cristo te hace pedir el Bautismo. Fe y Bautismo son inseparables. El hombre se justifica por creer en Cristo, y la fe en Jesús te hace bautizar." 

En principio, el documento "conjunto" ha sido resistido incluso por comunidades Luteranas que no participaron de dicha declaración. De modo tal que lejos está esa declaración de tener alguna relevancia. Además, vale aclarar, que la Declaración Conjunta dice "por la fe" (como bien Ud. señala) y NO DICE "SÓLO por la fe". Con lo cual la Declaración no posee ningún valor adicional a lo que Roma ya había decretado en el Concilio de Trento en el siglo XVI. 

Le ruego no tome a mal lo que le voy a decir, pero el malabarismo del final del párrafo no lo esperaba de un Profesor de Teología. Su escrito dice claramente que EL BAUTISMO es el "Sacramento de la Justificación cristiana que nos hace hijos de Dios” Allí no hace la menor insinuación a que se trate de alguna especie de carácter transitivo entre Fe --> Bautismo --> Justificación, sino que expresamente habla del SACRAMENTO que nos "hace hijos de Dios". Si el hombre se Justifica por la Fe en Cristo (como dice ahora), entonces la causa es la Fe y no la práctica del Sacramento (rito sacramental), como afirma en su artículo. E insisto con esto porque es muy importante: se trata de la doctrina CENTRAL del Nuevo Pacto, a saber, la Justificación del impío. 

"De todas maneras, no pensará que yo pienso que usted estará de acuerdo con todo lo que escribo. Pero no podrá decir que digo ni siquiera algo negativo de un hermano cristiano, ya sea católico, evangélico u ortodoxo. Es más, si tengo que remarcar las tintas, lo hago con aquellos que son de mi denominación" 

(curiosidad 4, y última). Estimado Gustavo. En su anterior carta decía Ud. que yo "destilo veneno por mis páginas aparentemente cristianas..", y seguidamente con la sugestiva frase "Satanás es el padre de la división y la mentira"... Sin embargo ahora sugiere que no ha dicho "algo negativo de un hermano cristiano... evangélico". Ud. me desconcierta. En fin.

 

Amado en Cristo, Gustavo Daniel, sin dudas Cristo es mi paz. Gloria a Su santo y bendito Nombre, per secula seculorum. Le agradezco sus comentarios y su tiempo. Sea para bendición y edificación espiritual en Jesucristo, único nombre dado a los hombres mediante el cual podemos salvarnos. 

Reciba un cordial saludo. Dios le bendiga y le guarde en todos sus caminos.

Shalom ubrajot

Daniel Sapia

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