ROMA dice:
La gracia es algo EN el hombre, es decir, sobrenatural por lo que el
hombre es hecho hijo de Dios. Y al ser hecho hijo de Dios recibe el perdón
de los pecados y la vida eterna.
De esta manera de
ver lo que es la gracia, Roma saca las siguientes conclusiones:
1. Por esta divinización de la naturaleza humana el hombre
perdonado puede por sus buenas obras merecer realmente algo ante Dios,
entre otras cosas el cielo. Se le llama a esto mérito "ex condigno" (esto
es: por equivalencia). Ya que Padre e hijo tiene la misma naturaleza.
2. Por eso los santos pueden adquirir méritos "excedentes". Esos
son méritos que ellos ya no necesitan para el perdón de los pecados
(antes de eso ya han hecho bastante penitencia) y los pueden emplear a
favor de otros. La doctrina de las indulgencias se fundamenta en esto. "La
indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados"
(Cat. I.C., 1471). Si uno al morir no ha pagado en esta vida esas penas,
lo tendrá que hacer en el purgatorio. Son como una especie de cheque que
estaría avalados por lo méritos de Cristo, y en especial por los de la
Virgen María y los santos. La iglesia católica lo llama "tesoro de la
iglesia", la cual interviene a favor de los cristianos y les abre ese
tesoro.
3. Porque la gracia en algo EN el hombre, se puede también
distinguir entre el perdón de la culpa del pecado y la remisión de la pena
temporal. En el momento de morir una persona en estado de gracia todas las
penas eternas le han sido perdonadas, pero puede ser que tenga que pagar
en el purgatorio parte o toda la pena temporal.
4. Porque la gracia es algo EN el hombre, puede perderse, cuando se
comete un pecado mortal. Es la trasgresión de un mandamiento de Dios, con
total conocimiento y plena libertad. La gracia se puede recuperar por el
sacramento de la confesión.
5. Porque la gracia es algo EN el hombre, puede también ese "algo"
ser administrado por otros hombres, los sacerdotes. Eso sucede con los
sacramentos, que según Roma no sólo representan la gracia, sino que la dan
ex opere operato (es decir: en virtud de la propia acción de lo que
representan).
LA REFORMA
dice:
La gracia es en primer lugar algo EN Dios, es decir Su benevolencia que
Él ha hecho realidad en la justicia meritoria de Cristo, que Él concede a
los que creen en Él.
De esto se deduce:
1. La gracia está anclada fuera de nosotros, es decir, en la
benevolencia de Dios, que ha tomado forma en Jesucristo. En pocas palabras
también se puede decir: La gracia es "la bondad de Dios y Su amor para con
los hombres" que se manifestó en nuestro Salvador Jesucristo (Tito 3:4). E
incluso se puede decir con menos palabras: la gracia es "Jesucristo para
nosotros".
2. Esa bondad de Dios nos toca a nosotros en parte: a/
solamente en virtud de la promesa de Dios. Y esa promesa dice: En todo el
que cree en Cristo, tengo Yo la misma complacencia que en Mi Hijo (Mt.
3.17).; b/ solamente en virtud de la fe en Cristo (luego de ninguna
manera en virtud de obra meritoria alguna del hombre); c/ solo a
través de la imputación (Rom. 4:5). Esta imputación es formulada por Pablo
con el verbo "logizomai", un término que procede de la jurisprudencia. El
Juez eterno declara que un pecador no es condenado, sino que le es
imputada la justicia de Cristo, solo en virtud de su fe en Cristo. Además
se debe hacer notar que tampoco esa fe se debe considerar como un acto
meritorio. La fe es como una especie de canal por donde afluye en masa la
benevolencia de Dios hacia nosotros.
3. Puesto que esa benevolencia de Dios está FUERA de nosotros
segura en Jesucristo, esa gracia no la podemos perder.
4. Esta benevolencia de Dios realmente realiza algo EN nosotros. En
ese sentido no es, pues, sólo una imputación desde fuera. Sabemos que no
sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos (1 Juan 3:1,2). "Porque
en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor" (Ef. 5:8).
"Si alguno está en Cristo, nueva criatura es" (2 Cor. 5:17). "El amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos
fue dado" (Rom.5:5).
5. ¿Cuál es la realidad de la gracia en nosotros?: Confiar
absolutamente en Cristo y por Él en su Padre. De ese confiar surge el amor
(Gal. 5:6). Según la Reforma, la gracia es en primer lugar el
restablecimiento de una relación con Dios (según Roma la gracia es un
nuevo (sobrenatural) ser, una nueva cualidad, en el hombre.
6. En la Palabra está la Vida (Juan 1:4). Lo primero de todo en la
Palabra hecha carne. Pero el Verbo hecho carne se da a conocer en la
Palabra escrita (Juan 1;18). Los sacramentos sólo son expresiones y
subrayados divinos de la Palabra. Ellos no conceden la vida, porque la
vida está sólo en la Palabra.
7. Los eclesiásticos son sólo servidores de la Palabra. No son
transmisores de la Vida por medio de los sacramentos, ellos solamente los
pueden administrar.
¿Cómo eres justo
ante Dios?
"Por la sola verdadera fe en Jesucristo, de tal suerte que, aunque mi
conciencia me acuse de haber pecado gravemente contra todos los
mandamientos de Dios, no habiendo guardado jamás ninguno de ellos, y
estando siempre inclinado a todo mal, sin merecimiento alguno mío, sólo
por Su GRACIA, Dios me imputa y da la perfecta satisfacción, justicia y
santidad de Cristo como si no hubiera yo tenido, ni cometido algún pecado,
antes bien como si yo mismo hubiera cumplido aquella obediencia que Cristo
cumplió por mí, con tal que yo abrace estas gracias y bendiciones con
verdadera fe". (Catecismo de Heidelberg, Dom. 23).
H.J. Hegger
Temas relacionados:
"Salvados por Gracia, Justificados por Fe,
¿también lo merecemos por obras?"
"El obispo Clemente de Roma y el
Sola Fide"
|