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por Rocío Cantú
Estimado señor Daniel Sapia: Yo tengo 29 años y soy mexicana. Desde hace 3 años Gloria a Dios soy cristiana. Dios me eligió así como a usted para encontrar la verdad y quitarme la venda de mis ojos y darme cuenta de que la verdad me tenía no ciega, sino con un criterio tan cerrado que no me permitía dejar mi ceguera atrás (no hay peor ciego que el que no quiere ver). He leído algunos de los escritos que en su sitio usted comparte y me he quedado impactada no sólo de su disposición para aclarar dudas a los interesados, sino también de su habilidad para dar una explicación breve y clara de sus argumentos que, a fin de cuentas, son argumentos de Dios a través de su Palabra... usted sólo los expresa multiplicándolos. Gracias por eso y doy Gloria al Señor por darme la oportunidad de encontrar su sitio que ha sido de gran bendición en mi vida. Quiero mencionarle que, leyendo la carta que le escribió Leonardo R. me veo a mí misma (y ciertamente lo comprendo) cuando era católica y me aferraba a mi virgen de Guadalupe y cerraba mis oídos a la verdad que me estaban predicando. Usted como yo es un ex-católico y seguramente su posición es la misma: entiende perfectamente el impacto que la "verdad" puede representar en la vida de cualquier católico al que se le ha enseñado algo como único y de pronto se le dice: "¿sabes? tooooda esa información no es verídica, ¡has sido engañado!" Yo me sentí terriblemente defraudada cuando, después de creer que la virgen de Guadalupe era la intercesora ante Dios en realidad era sólo una imagen que no me escuchaba, no me veía y peor aún, no estaba intercediendo por mí ante Dios. ¿Sabe qué sentí? que todos mis rezos (porque cuando uno es católico reza, no ora) fueron a dar al aire y en realidad nadie las escuchó. Me sentí peor cuando, tratando de refutar a mis ministros en ese tiempo y demostrarles que la virgen María sí era nuestra intercesora ante Dios, me encontré que en los 4 evangelios NADIE, ni aún Jesús le dedica más de tal vez 5 menciones a dicha persona y que NADIE le daba los "poderes" que a mí se me dijo que tenía. Sentí en mi interior un gran vacío pero supe la verdad y ya nadie podía quitármela de mi mente. Tardé aproximadamente 6 meses en poder aceptarlo, declararlo y vivirlo. Mi orgullo era más fuerte que mi convicción de que estaba errando, así que un día no pude más y me arrodillé. Clamé a Dios. Tenía por un lado una tradición inculcada por mi madre, abuela, etc. que estaba sustentada en una religión y reglas puestas por hombres y tenía por otro lado la verdad sustentada por Dios. Si decidía lo primero, continuaría con mi vida como hasta ese momento pero le daría la espalda a Dios. Si tomaba lo segundo, vendrían muchos sinsabores como consecuencia, pero tendría la certidumbre de que yo ya estaba POR FIN en la misma frecuencia de mi Padre Celestial. Mi Señor me dio una respuesta: "Deja todo. Acepta a Jesús como tu salvador y sigue adelante". Así lo hice un día. A partir de que Jesús reina en mi corazón, tantas bendiciones han llegado a mi vida que no podría enumerarlas ahora. Soy inmensamente feliz y gozosa de que Jesús me dé la garantía que tenemos una "morada en la casa de Dios" (Juan 14) y eso para mí es el regalo más maravilloso que pudo Dios darme. En fin, Sr. Sapia, sólo puedo decirle que Dios da talentos invaluables a gente como usted y usted ha servido de medio para salvar muchas almas, aún seguramente, sin saberlo. Muchos de los inconversos que le han leído o escuchado, tal vez a usted le den la espalda, pero a Dios no pueden dársela. Usted deja esa espina clavada en sus corazones y, tarde o temprano, como la semilla de mostaza, echa raíces. Dios le dé muchos años de vida. Con mucho gusto quiero formar parte de los que apoyen esta página, lo haré en la medida de mis posibilidades. Sé que Dios provee pero Él, a través de nosotros, los demás siervos de Dios interesados en que su Palabra se propague, hace llegar los recursos necesarios. Gracias y bendiciones infinitas para usted. Rocío Cantú "¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?" 1 Pedro 3:13 |
Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"
Apologética Cristiana - ® desde Junio 2000
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