DOCTRINAS CATÓLICAS Y SU CORRESPONDENCIA BÍBLICA por Daniel Sapia
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¿Es esto correcto?
Definición del término VICARIO: (Nota: se exponen sólo las definiciones relevantes de las respectivas fuentes)
VICARIO,A. Adj. V.n (lat. Vicarius). Dícese de la persona que hace las veces de otra, sustituyéndola en sus funciones o ayudándola con el mismo poder y facultades.|| Vicario de Jesucristo, el Papa. (Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado año 2001, pág. 1030) Vicario, ria. (del lat. Vicarius, der. de vicis, vez). Adj. 1. Que tiene el poder o facultades de otro o le sustituye.||7. vicario de Jesucristo, el Papa. (Gran Diccionario Everest de la Lengua Española, pág. 2304) Vicario, ria. (Del lat. vicarĭus). adj. Que tiene las veces, poder y facultades de otra persona o la sustituye. U.t.c.S || vicario de Jesucristo. m. Uno de los títulos del Sumo Pontífice, como quien tiene las veces de Cristo en la Tierra. (Diccionario de la Real Academia Española)
SINÓNIMO: Sustituto (Diccionario de Sinónimos VOX)
Dice la Iglesia Católica Romana:
«El Señor hizo de San Pedro el fundamento visible de su Iglesia. Le dio las llaves de ella. El obispo de la Iglesia de Roma, sucesor de San Pedro, es la "cabeza del Colegio de los Obispos, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia universal en la tierra" (CIC, can. 331).» Catecismo Nº 936
¿Qué significa ser "Vicario de Cristo en la Tierra"? En una fuente católica leemos:
Breve reflexión a la definición de churchforum.org.mx: De todas maneras puede leerse algo parecido en un escrito de Gabriel Gonzalez Remus, católico senador mexicano (por Jalisco) titulado “Simón, hijo de Jonás” , del 15 de enero de 1999, y presentado en la página oficial del Senado Mexicano "Jesús en cuanto a su presencia visible, se ha ausentado de este mundo desde el día de su Ascensión. Es una ausencia que se prolongará hasta el fin de la historia, hasta su segunda venida. Durante este tiempo, el tiempo de la Iglesia, será Pedro, primero personalmente y desde su martirio por medio de sus sucesores, quien haga las veces de su representante aquí en la tierra. Ese hacer las veces de Cristo, es lo que significamos cuando atribuimos al Papa el título de Vicario de Cristo." http://www.pansenado.org.mx/articulos/remus9.htm (el enlace ya no funciona)
tema central ¿Es realmente el Papa Romano el VICARIO DE JESUCRISTO? El presente estudio intenta reflexionar al respecto.
“Yo estoy con vosotros, todos los días...” No es necesaria mucha explicación para comprender que se SUSTITUYE o REEMPLAZA a alguien cuando ese “alguien” obviamente NO ESTÁ. Resultaría extraño decir que “venimos a reemplazar a Alberto”, cuando Alberto está parado al lado nuestro... Jesucristo prometió estar con sus discípulos “todos los días, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20). Si creemos en Cristo, creemos en Sus promesas y creemos en la Omnipresencia Divina, nos preguntamos: ¿necesitaría Jesucristo que alguno de sus discípulos actúe como Su “vicario”? Si tomamos como base el ejemplo de "Alberto", la evidente respuesta es NO. No es necesario ningún “sustituto o reemplazante”, ya que Cristo mismo prometió MARAVILLAS para Sus discípulos que lo invoquen: a) ESTARÍA PRESENTE (literalmente: en medio) con sólo "dos o tres" que se reúnan en Su nombre .. “donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos..” (Mt 18:20)
“Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré,..” (Jn 14:13) “Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.” (Jn 14:14) “..;de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.” (Jn 15:16) “..en verdad os digo, lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre.” (Jn 16:23) “..Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis..” (Jn 16:24)
Actuar “en nombre de” alguien es una cosa muy diferente a “reemplazar” a ese alguien. Reemplazar es “tomar el lugar” de alguien, es SUSTITUIRLO (ser su "vicario", según las definiciones que hemos leído). ¿Insinuó Cristo, alguna vez, acerca de la necesidad de ser sustituido por algún hombre, en la Tierra? ¿Podría un hombre, cualquier hombre, por más puro, casto, célibe, consagrado y piadoso que intente ser, sustituir a Jesucristo?
Además, otros vicarios de Cristo.. Para la Iglesia de Roma, no es suficiente con sustituir a Cristo con el Romano Pontífice. También... «Cada obispo tiene, como vicario de Cristo, el oficio pastoral de la Iglesia particular que le ha sido confiada,...» Catecismo Nº 1560. «La consagración episcopal confiere, junto con la función de santificar, también las funciones de enseñar y gobernar... En efecto...por la imposición de las manos y por las palabras de la consagración se confiere la gracia del Espíritu Santo y queda marcado con el carácter sagrado. En consecuencia, los obispos, de manera eminente y visible, hacen las veces del mismo Cristo, Maestro, Pastor y Sacerdote, y actúan en su nombre [*] (in eius persona agant)" (ibid.). "El Espíritu Santo que han recibido ha hecho de los obispos los verdaderos y auténticos maestros de la fe, pontífices y pastores" (CD 2).» Catecismo Nº 1558 [*] “hacer las veces..” ("tomar el lugar", o sea reemplazar) es una cosa muy diferente a “actuar en su nombre..” (o sea representar). Expresado de esta manera el texto es ambiguo e inexacto, y mezcla verdades (posibilidad de que Cristo sea representado por un hombre) con falsedades (posibilidad de que Cristo sea reemplazado por un hombre).
«La conciencia es una ley de nuestro espíritu, pero que va más allá de él, nos da órdenes, significa responsabilidad y deber, temor y esperanza...La conciencia es la mensajera del que, tanto en el mundo de la naturaleza como en el de la gracia, a través de un velo nos habla, nos instruye y nos gobierna. La conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo (Newman, carta al duque de Norfolk 5).» Catecismo Nº 1778 Aplicando un sencillo ejercicio de lógica al Catecismo 1778 (también dogma de fe católico romano, que debe ser obligatoriamente creído) se puede inferir entonces que “el vicariato de mi conciencia está SOBRE el vicariato del Sumo Pontífice, porque es el primero de todos. Con lo cual no estaría mal si obedezco a mi conciencia antes que al mismo Papa, o por lo menos en igual medida...”. Por supuesto esto será rechazado como falaz por cualquier defensor de los dogmas romanos, pero... lejos de ser un silogismo, es sencilla y directamente lo que se lee... Si aceptamos como cierto lo afirmado por la Iglesia Católica en el Catecismo 1778, deberíamos entender, a priori, que la conciencia humana es básicamente BUENA (porque "es el primero de todos los vicarios de Cristo"). ¿Es esto cierto? "Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida." (1°Ti 1:5) Aquí el apóstol es específico, y con su declaración enuncia la posibilidad de que existan corazones limpios o sucios, conciencias buenas o malas, fe fingida o no fingida; porque si la conciencia fuera buena "a priori", pues, no haría falta aclararlo. De su específica aclaración se desprende que es factible encontrar, entonces, corazones sucios, conciencias malas y fe fingida..."Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos.." (1°Ti 1:18-19). "Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia." (1°Ti 3:8-9). Y más que claro queda si leemos la siguiente declaración del apóstol Pablo a los Corintios: "Pero no en todos hay este conocimiento; porque algunos, habituados hasta aquí a los ídolos, comen como sacrificado a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina." (1°Cor 8:7) Sin embargo, el CIC 1778 enseña que: "La conciencia es el primero de todos los vicarios de Cristo.." Escrito está: "No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.." (Romanos 3:11-12) "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, ...acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia,..." (Hebreos 10:19-22, Reina-Valera 1960) "Esto supuesto, hermanos, teniendo la firme esperanza de entrar en el Sancta Sanctorum ó Santuario del Cielo por la sangre de Christo, ...lleguémonos a Él con sincero corazón, con plena fe, purificados los corazones de las inmundicias de la mala conciencia,..." (Hebreos 10:19-22, Torres Amat, Vulgata Latina) Basándonos en la Palabra infalible de Dios cuando declara que la conciencia humana puede ser tanto buena y limpia como su contrario (sino no sería necesario aclarar que las hay "buenas y limpias"), podemos afirmar sin temor a equivocarnos que enseñar que nuestra humana conciencia puede ser vicario (sustituto) de Cristo (y no solo eso... ¡el primero!) no es otra cosa que doctrina de demonios, y "otro evangelio", tal cual advirtiera el apóstol Pablo en Gal 1:8. Pienso que este laberinto doctrinal, al que es sometido el honesto fiel católico, no es más que una estrategia para que, rendido de intentar comprender las “riquezas espirituales que la Iglesia administra”, termine aceptando una obediencia ciega e ignorante a todo lo que la Santa Madre Iglesia disponga “para bien de su salud espiritual”. Cuán evidente y claro contraste con el mensaje evangélico registrado en las Sagradas Escrituras...
Embajadores (representantes) de Cristo Dice la Iglesia Católica: «Este sacramento (del Orden) configura con Cristo mediante una gracia especial del Espíritu Santo a fin de servir de instrumento de Cristo en favor de su Iglesia. Por la ordenación recibe la capacidad de actuar como representante de Cristo, Cabeza de la Iglesia, en su triple función de sacerdote, profeta y rey.» Catecismo 1581 La Iglesia Católica enseña y proclama que por la ordenación sacerdotal se recibe la capacidad de actuar como representantes de Cristo... Sin embargo, la Biblia dice que cualquiera de Sus discípulos, sin ningún tipo de ordenación especial, puede (y debe) “servir de instrumento de Cristo a favor de la Iglesia” y actuando como Su representante. Escrito está: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2ºCor 5:17-21) Para quien suponga que cuando el apóstol Pablo habla de “nosotros” se está refiriendo exclusivamente a los apóstoles (“..somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros..”), respondemos que es pertinente leer el versículo 21, cuando dice: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Al decir nuevamente “nosotros” , indica claramente que está hablando de TODOS los renacidos espiritualmente como hijos de Dios, redimidos por la sangre de Cristo, ya que no sólo los apóstoles fueron hechos “...justicia de Dios en él (Jesucristo).”, sino todo aquél que en Él cree. Paralelamente podemos ver en la Escritura a otros hombres, que no eran apóstoles, predicando el Evangelio de salvación, sirviendo a la Iglesia como embajadores (representantes) de Cristo (Lc 10:1-11; 2°Ti 4:1-5; Judas 1:1-4; Mr 5:18-20; Hch 18:24-28; etc.).
El Espíritu Santo Si existe un Vicario de Cristo en la Tierra, pues, es el Espíritu Santo de Dios. "Durante cuarenta días se sucedieron las apariciones del Señor resucitado y las nuevas enseñanzas (la recta comprensión del Antiguo Testamento, la venida del Espíritu Santo y la misión mundial de la iglesia) prepararon a los creyentes para la nueva era iniciada por la Ascensión (Lc 24.51; Hch 1.9ss). A los diez días de esta, el Señor Jesucristo, ya glorificado y «sentado a la diestra del Padre» (Heb 8.1; cf. Hch 2.33), envió su Espíritu (Pentecostés), que también procede del Padre, como su vicario en este mundo. Excepcionales fueron las apariciones a Esteban (Hch 7.55–59) y a Saulo de Tarso (Hch 9.33ss//; 1 Co 15.8) y la visión apocalíptica de Juan, en Patmos (Ap 1.10ss). El Nuevo Testamento vislumbra como próxima aparición de Jesucristo su Segunda Venida para juzgar al mundo (Hch 1.11). Entonces «todo ojo le verá» (Ap 1.7)." [1]
“Solamente cuando ha llegado la Hora en que va a ser glorificado Jesús promete la venida del Espíritu Santo, ya que su Muerte y su Resurrección serán el cumplimiento de la Promesa hecha a los Padres (cf. Jn 14, 16-17. 26; 15, 26; 16, 7-15; 17, 26): El Espíritu de Verdad, el otro Paráclito, será dado por el Padre en virtud de la oración de Jesús; será enviado por el Padre en nombre de Jesús; Jesús lo enviará de junto al Padre porque él ha salido del Padre. El Espíritu Santo vendrá, nosotros lo conoceremos, estará con nosotros para siempre, permanecerá con nosotros; nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que Cristo nos ha dicho y dará testimonio de él; nos conducirá a la verdad completa y glorificará a Cristo. En cuanto al mundo lo acusará en materia de pecado, de justicia y de juicio.” Catecismo N° 729. Reflexionando sobre lo afirmado en el Catecismo N° 729, ¿cuál es la necesidad, entonces, de que un magisterio “infalible” de obispos interprete la Biblia, si existe LA PROMESA DE DIOS de que enviará al Espíritu de Verdad (Espíritu Santo), quien estará con nosotros para siempre, nos enseñará todo, dará testimonio de Cristo recordándonos todo lo que Él dijo y nos conducirá a la Verdad completa…?
El apóstol Pedro no se consideró Vicario de Cristo En ningún lugar de la Escritura el apóstol Pedro hace mención de poseer algún Primado sobre la Iglesia (habiendo tenido oportunidades claras para hacerlo), ni mucho menos se reconoce como sustituto (vicario) de Cristo. Al presentarse lo hace como "siervo y apóstol de Jesucristo" y se dirige a los ancianos de la Iglesia como uno de su misma condición, a pesar de que, cuando lo dice, Jesús "ya" había muerto, resucitado y ascendido (como previamente se preocupara de dejar bien en claro el sitio católico churchforum.org.mx) "Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo..." (2°Pedro 1:1) "Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos..." (1°Pedro 5:1) Si los actuales Papas Romanos dicen ser los sucesores del apóstol Pedro, es extraño que ahora reclamen títulos que el mismo apóstol nunca manifestó poseer. En definitiva, y para guardar compatibilidad y coherencia con el resto de la enseñanza dogmática de la Iglesia Católica Apostólica Romana (sucesión apostólica), el Romano Pontífice sería, a lo sumo, el VICARIO DEL APÓSTOL PEDRO.
Inocultable ambición de poder Históricamente el Papado a mantenido constante sus altas pretensiones de poder, absolutamente en todos los planos que le fuera posible: espiritual-político-económico, y nada más oportuno y útil para tales fines que el arrogarse el título, entre muchos otros, de nada menos que "Vicario de Jesucristo".
Uno de los ornamentos papales que mejor representa esta ostentación de poderío ha sido, sin dudas, la Tiara Pontificia o Triregno, utilizada desde el siglo VIII [2] hasta exactamente el año 1963 (cuando el Papa Paulo VI, en un "dramático gesto de humildad" (según afirma el Vaticano), decide abandonar definitivamente tan impertinente y anti-evangélica manifestación)
"Para el reinado del Papa Gregorio IX (1227-1241), era al Papa a quien estaban coronando: «Al Papa ya no lo consagraban solamente. Lo coronaban con una tiara, un sombrero en forma de casco originalmente usado por los gobernadores deificados de Persia. El rito de coronación, tan impregnado de prerrogativas imperiales, se usó en el otorgamiento del papado desde ese tiempo hasta 1978...» (Richard P. McBrien) [3] Con el poder de gobernar del Papa ahora bien establecido, Gregorio IX dirigió su atención a fortalecer la autoridad de su enseñanza. En 1231 instituyó la Inquisición Romana para purgar la Iglesia de herejes. Esta y la Inquisición Española más tarde (1478-1820) resultaron en el juicio, tortura y encarcelamiento de miles de personas. Los que rehusaron retractarse fueron ejecutados -generalmente quemados en la hoguera- por las autoridades civiles que actuaban en favor de la Iglesia. El Papa Bonifacio VIII (1294-1303) definió esta relación entre la Iglesia y el Estado diciendo que hay «...dos espadas, es decir la espiritual y la temporal... cada una está en poder de la Iglesia, es decir, una [espada] espiritual y una espada material. Pero la última, ciertamente, debe ser ejercida para la Iglesia, la primera por la Iglesia. La primera [por mano] del sacerdote, la última por mano de reyes y soldados, pero a la voluntad y por tolerancia del sacerdote. Porque es necesario que una espada esté bajo una espada y la autoridad temporal esté sujeta al poder espiritual...» (Bonifacio VIII - Unam Sanctam) [4] Muchos de los que perecieron durante la inquisición eran cristianos que trataban de practicar una simple fe bíblica. La cumbre del papado moderno se alcanzó durante el reinado del Papa Pío IX (1846-1878). Fue entonces que el Primer Concilio Vaticano (1869-1870) declaró que el Papa, en vista de su suprema autoridad apostólica, era infalible, divinamente protegido del error en su enseñanza oficial.." (James G. Mc Carthy) [5]
«Se necesitó siglos para desarrollar argumentos ingeniosos a fin de llegar finalmente a la teoría de que el Cristo, quién no tenía "donde recostar su cabeza" (Mt.8:20), que vivió en la pobreza y fue crucificado sin ropas, sería representado por un Pontífice Regio que es dueño de más de un palacio con más de 1100 aposentos cada uno, a quien lo atienden día y noche innumerables sirvientes, y vestiría los más finos mantos de seda bordados de oro. Que Cristo haya transferido a Pedro semejante pompa y lujo, que ninguno de ellos conoció, es algo verdaderamente absurdo y blasfemo.
Las glorias y los poderes que los papas disfrutaron no están ni siquiera remotamente relacionados con la vida de pureza y pobreza de Pedro. Este pescador-apóstol dijo: "Plata y oro no tengo" (Hch.3:6). La Iglesia tampoco llegó a conocer los lujos papales y las pomposas pretensiones de autoridad sobre reyes y reinos, hasta siglos más tarde a medida que los ambiciosos papas gradualmente extendieron y solidificaron su autoridad y control sobre los gobernantes terrenales. Los papas comenzaron a llamarse a sí mismo por títulos como "gobernador supremo del mundo" y "rey de reyes". Otros pretendieron ser "Dios en la tierra", aún el "redentor" quien "colgaba en la cruz como lo hizo Cristo", aseveraron que "Jesús puso a los papas en el mismo nivel que Dios" [6]. Pedro habría denunciado semejantes pretensiones como blasfemias.» (Dave Hunt) [7]
2 anécdotas papales Quisiera mencionar 2 anécdotas papales que ilustran perfectamente lo que acabara de comentar el excelente escritor Dave Hunt. Estas anécdotas papales fueron extraídas de un libro católico con idéntico título, escrito por el sacerdote católico romano Alfonso Meyer en 1954, el cual goza de sello de aprobación de la censura de la Iglesia (Nihil Obstat: N.M. Negueruela) y del permiso de impresión (Imprimatur) de Juan Ricote, Obispo Auxiliar y Vicario General, Madrid, 1 marzo 1954. Por consiguiente, siendo Católica Romana la propia fuente de la anécdota, no cabe la menor duda de su autenticidad. Y como dijera el mismo editor en el prefacio del libro: -"La anécdota nos revela muchas veces el fondo de la persona, que entonces nos aparece en toda su transparencia y naturalidad..."
Veamos lo que dijo el apóstol Pedro según citara D. Hunt en párrafo precedente: "Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios." (Hch.3:1-8) Ahora veamos una anécdota del Papa León X, en 1520: "Corría el año 1520. El Papa León X, un gran Mecenas, se sentaba en la Silla de San Pedro. Recibió un día una visita de un príncipe eminente, a quién, después de la audiencia, mostró personalmente los tesoros del Vaticano. El príncipe estaba lleno de admiración ante los cuadros preciosos y las maravillosas estatuas de mármol de los grandes maestros. «¿No es cierto -dijo al príncipe el Papa León X- que no puedo decir como San Pedro, mi predecesor, al paralítico del templo de Jerusalén: No tengo oro ni plata?» (dicho en claro tono de burlona ostentación de riqueza...)
El príncipe extranjero
tuvo la audacia de replicar: «Santo Padre, tampoco
podéis Vos decir lo que San Pedro dijo al paralítico: ¡Levántate y anda!»
Veamos lo que dijo el apóstol Pedro en el relato junto al centurión: "Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos. Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre." (Hch.10:24-26) Ahora veamos una anécdota del Papa León XIII (1878-1903): Es sabido que durante las audiencias del Papa, todos los asistentes se arrodillan, desde que aparece el Santo Padre hasta que da su bendición. Pero sucede, a veces, que algunos permanecen de pie y se niegan a arrodillarse. En estos casos, Pio IX acostumbraba a dirigirse a la persona de que se tratara, amonestándole con dulzura: «Hijo mío, ¿no te interesa la bendición de un anciano?» Estas palabras solían surtir su efecto. En casos parecidos, por el contrario, León XIII empleaba otro procedimiento. Señalando con el dedo al individuo que se quedare solo, de pie, decía a su camarlengo: «Haced transportar a aquella estatua al museo.» Estas palabras eran también, por lo general, coronadas por el éxito. (realmente patético...)
"Pablo VI dio siempre mucha importancia a los signos y por tal razón conviene considerarlos con atención y tratar de discernir su sentido y significación. Uno de sus primeros gestos fue renunciar al uso de la tiara, la mitra de tres coronas, símbolo de la plenitud de poder. La ciudad de Milán ofreció a su antiguo arzobispo llegado a la cátedra de San Pedro una tiara de corte ultramoderno. Pablo VI la llevó una sola vez y luego dispuso que fuera sacada a subasta y se distribuyera lo recaudado entre los pobres. La tiara le era impuesta al Papa en la ceremonia de la consagración, y en las oraciones que se recitaban con esta ocasión se aclamaba expresamente al Pontífice con el título de Pater Regum -padre de los reyes-. La tiara, que los Papas no volverían ya a llevar sobre sus cabezas, se conservó sin embargo -junto con las llaves- en la iconografía y la heráldica, como signo de la función exclusiva que les corresponde en la Iglesia y de su condición de obispo universal. La renuncia a la tiara expresaba la voluntad papal de acabar con las apariencias mayestáticas y ofrecer al mundo una imagen del Vicario de Cristo más acorde con la sencillez evangélica." (José Orlandis Rivera) [8]
Quisiera terminar este estudio con una declaración incluida en el libro escrito por el padre Bertetto (Salesiano) en los años cincuenta que goza de permiso oficial de la Iglesia para ser impreso, y que puede hacernos comprender más cabalmente hasta dónde puede llegar el ansia de poder temporal que, a lo largo de los siglos, ha caracterizado a la Curia Romana:
"Jesús
puso al Papa sobre los profetas, sobre los precursores... sobre los
ángeles... Jesús puso al Papa en el mismo nivel de Dios. El Papa es Dios
en la tierra"
Conclusión - Vicario significa "sustituto", persona colocada "en lugar de" otra, con sus mismos atributos y poderes. Etimológicamente de ninguna manera significa "representante". - Es imposible que una persona humana (creada) pueda ser vicario (sustituto) de Dios, su creador. - Representantes y embajadores de Cristo son todos aquellos discípulos, hijos de Dios, renacidos espiritualmente por gracia, por medio de la fe en el sacrificio expiatorio del Salvador, que predican el Evangelio del reino de Dios. No es función exclusiva de ninguna casta sacerdotal. - El Papa no es el vicario de Cristo en la tierra. - El Romano Pontífice podría reclamar, a lo sumo, ser el vicario de Pedro. - El Vicario de Cristo en la Tierra es el Espíritu Santo de Dios, no el Romano Pontífice. - En lo referente a REEMPLAZO DE CRISTO (Vicario de Cristo) podemos mencionar que el prefijo "anti" viene del idioma griego y tiene dos significados: "opuesto a" y "en lugar de", con lo cual Anticristo puede significar "opuesto a Cristo" pero también Anticristo puede significar "en lugar de Cristo". Por cierto, y aunque a veces ciertas comparaciones puedan causar rechazo, podemos asegurar que el Anticristo se opondrá a Cristo, pero en la forma mas astutamente diabólica posible: pretendiendo ser Cristo y así pervertir al "cristianismo" desde adentro. Efectivamente, el Anticristo "se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (2° Tesalonicenses 2:4)
De ninguna manera la intención de este escrito es menospreciar la fe del honesto católico. Por el contrario, es un intento de esclarecer lo que sea necesario para que todos tengamos la tranquilidad de estar caminando el buen Camino (Juan 14:6)
Bendiciones en Cristo
[1] Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, 1998 – Tema: Jesucristo
[2]
"The
tiara is first mentioned in the "Vita" of Pope Constantine (708-715)
contained in the "Liber Pontificalis". Fuente:
Enciclopedia Católica
[3]
Richard P. McBrien,
Catholicism (San Francisco, CA: Harper Collins, 1994) tomo 2, p. 622.
A pesar de que el autor es un sacerdote católico romano y presidente del
Departamento de Teología de la Universidad de Notre Dame, este libro no
lleva las declaraciones oficiales de la Iglesia: Nihil Obstat e
Imprimatur. [4] Papa Bonifacio VIII, Unam Sanctam.
[5]
James G. Mc Carthy, "El
Evangelio según Roma", Editorial Portavoz, 1996, p. 212 y 213.
[6]
August Bernard Hasler, "How
the Pope Became Infallible" (Doubleday & Co. Inc., 1981, p.48)
[7]
Dave Hunt, "Una Mujer
Cabalga la Bestia" (Harvest House Publishers, 1994, p.100 y 101)
[8]
José Orlandis Rivera, "La
Iglesia Católica en la Segunda Mitad del Siglo XX" (Ediciones Palabra,
Madrid, 1998), citado en el periódico católico "Cristo Hoy" (Buenos
Aires-Argentina) año VII N° 398, del 10 de enero de 2002, página 16.
[9]
Esta tiara es colocada sobre
la cabeza de la estatua de bronce de San Pedro que se encuentra en
el Vaticano, todos los 29 de Junio. ¿Hubiera permitiría el propio apóstol
Pedro ser coronado de manera TRIPLE, como señal de universal poder? Es
difícil imaginarse esto posible, cuando escuchamos al mismo Pedro afirmar:
"...Levántate,
pues yo mismo también soy hombre."
(Hch.10:26), y a Jesucristo decir "Los
reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen
autoridad son llamados bienhechores; mas no así vosotros.."
(Lc.22:25-26; Mt.20:25; Mr.10:42). [10] ¿No conoce EL PROPIO VATICANO cuál es la ÚNICA interpretación correcta? Poseo en mi biblioteca el libro titulado: "PIO XII, su vida y su personalidad". En la página 235 se relata la coronación del Papa. Allí se hace clara referencia al poder temporal recibido: "El eco de un lejano himno: Coronam auream super caput eius, está como sumergido en los gritos de entusiasmo y vítores que atruenan el aire. El Papa se sienta sobre el trono púrpura. El cardenal Caccia-Dominioni, sostiene la brillante y resplandeciente Tiara. El Cardenal Canali acércase al Papa para quitarle la mitra. Entonces se deja oír la voz de Caccia-Dominioni desde innumerables altavoces: «Recibe la Tiara recamada de tres coronas y sabe que Tú eres el Padre de los Príncipes y de los Reyes, el gobernador del orbe de la tierra, el representante de nuestro Salvador, al cual sea gloria y honor por toda la eternidad.» Una nueva oleada de júbilo envuelve al coronado y solamente enmudece cuando Pío XII levanta su voz para dar la gran bendición papal : Urbi et orbi. Los vientos llevan la bendición del triple coronado sobre todo este mundo, el cual desde ahora le está confiado a Pío XII...»
Extraído del libro "PIO XII, Su vida y su personalidad", Otto Walter, Ed. Lumen, Barcelona, 1943, página 235 (énfasis agregado)
[11]
En el párrafo anterior
explica que "hasta Bonifacio VIII se aplicaban hasta 2 coronas". Si
consideramos esta última interpretación como posible, en la época de
Bonifacio VIII ¿cuál era la "Iglesia" que no era tenida en cuenta?
¿La militante, la sufriente o la reinante?
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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"
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