La Taxa Camarae 

por Claude Togniel D'Espence

Del comentario que hace a Tito 1:7

( Según puede leerse en el sitio católico romano Apologética.org )

 

IMPORTANTE

Este escrito debe leerse como ANEXO de la página

Conoceréis la Verdad - La Taxa Camarae

 

Del comentario que hace a Tito 1,7 (“el obispo... no debe ser amante de ganancias deshonestas”) traducimos lo que toca a las listas de precios que estamos investigando [entre corchetes nuestras aclaraciones]:

 

"En muchos casos, en sí mismos y eventualmente lícitos, e incluso necesarios, en los que se requiere una dispensa, sucede que si no se paga no se dispensa, de tal modo que si no ofreces algo o pagas algo, te quedas para siempre sin dispensa. Más vergonzoso resulta el que ésos mismos [eclesiásticos] conmuten tan a menudo la disciplina que, para los pecados públicos y muy graves, han impuesto los cánones de los Padres [de los concilios de la Iglesia], a cambio de una redención pecuniaria con título de dispensa. Y como si, al revés que aquéllos [Padres antiguos], prefiriesen estos [clérigos] la lana de las oveja y el dinero a la penitencia y la salvación, negocian por dinero la inmunidad frente al rigor de la Iglesia en imponer penitencias y satisfacciones. ¿Y qué decir ante el hecho de que, en virtud del mismo dinero, legitiman a los hijos ilícitamente concebidos y nacidos de una unión reprobable y una ilícita cohabitación, contra lo dispuesto por Dios, la Iglesia y las leyes, los hacen idóneos para el goce de todo estado y dignidad y a veces habilitan a los ilegítimos y los admiten a la misma sucesión que a los legítimos? […] Lo más torpe es que [algunos obispos] también consienten que éstos [sacerdotes] cohabiten con concubinas, queridas y mujerzuelas y que procreen hijos, una vez que han recibido de ellos – y hasta, en algún sitio, de los continentes – un censo anual determinado; “que [el clérigo] la tenga - dicen- si quiere”. ¿Y cuántas veces, por el contrario, alguno de éstos, siendo tantos los que obran así, es hoy castigado? Esos escándalos fueron recogidos por doquier en los Gravámenes Germánicos: 1. 2. 5. 8. 67. 74. 75. 84. 91. 95; esos vergonzosos lucros, digo, habrían sido inventados por odio al Romano Pontífice, si no fuera por lo que dice y lamenta aquél libro -que se sienta en su negocio como una prostituta en busca de su salario impreso pública y abiertamente aquí [¿Francia? ¿París?], y hoy como ayer puesto a la venta, titulado Tasa de la Cámara o Cancillería Apostólica, en el que se puede aprender más de crímenes que en todos los sumistas y sumarios de todos los vicios. A cambio de dinero se ofrece a muchos la licencia, a todos la absolución. Evito dar detalles, pues, como dice no sé quien: hay que temer a las palabras casi por su mismo sonido. Es sorprendente que en estos tiempos, con este cisma, no haya sido suprimida semejante lista de tantos, tan repugnantes y tan horrendos crímenes, hasta tal punto infame, que no creo que en Alemania, en Suiza o en cualquier otro lugar que se haya apartado de la fe romana esté expuesta a la venta una obra con mayor escándalo que ésta. Y, sin embargo, de tal modo no es suprimida por los cómplices de la Iglesia romana, que se renuevan y confirman las licencias e impunidades de tantas y tales fechorías, en las facultades de los legados [de la Iglesia de Roma] que de allí llegan aquí [Francia] de restituir frente a cualquier fatalidad (si place a Dios) y también a cualesquiera hijos ilegítimos, mánceres, bastardos frutos de uniones, etc. junto con los que se han manchado por el adulterio, de forma que puedan casarse; asimismo a los perjuros, simoníacos, falsarios, raptores, usureros, cismáticos, herejes reconciliados, no sólo de absolverlos, sino incluso de dispensarles de todo, cuánto y cómo haga falta para recibir órdenes, honores, dignidades y beneficios; también a los homicidas –casuales o involuntarios, pero ni siquiera a los voluntarios excluye la Tasa arriba mencionada–, presbitericidas, parricidas, matricidas, fratricidas, sororicidas, uxoricidas, infanticidas, envenenadoras, encantadoras, concubinarios, adúlteros, incestos con afines o consanguíneos y, por fin, contra natura, con bestias, etc. Que de una vez tenga pudor Roma y deje de prostituir toda clase de catálogos criminales de tan baja estirpe."

 

Concluyo exponiendo la interpretación que alguien del sitio católico Apologética.org hiciera del texto de Claude D'Espence (negritas añadidas)
 

Para que el lector tenga una idea de nuestro parecer en torno al texto de D'Espence, y basados en todos los datos que sucintamente hemos indicado aquí, permítasenos exponer las ideas de D'Espence en un texto de nuestra producción, que resumiría el mensaje de modo más inteligible para nuestros días:

 “Constatamos a diario -diría D’Espence- los abusos de tantos clérigos, que por dinero son capaces de vender su alma al diablo. Esta triste situación ha sido tomada por los enemigos de la Iglesia como caballito de batalla, para nuestro escándalo y afrenta. Y mientras estos aprovechan las horribles listas de precios de la curia para reírse de nosotros y afianzarse en su posición, los legados curiales que vienen desde Roma siguen echando mano, como si nada, a este repugnante sistema de catálogos criminales, cuyas bulas de remisión continúan vendiendo a diestra y siniestra, oportuna e inoportunamente, ahondando así la afrenta de toda la Iglesia. ¡Tenga ya Roma piedad y deje de emitir semejantes catálogos que no sirven sino para relajar la saludable disciplina de la Iglesia y para incentivar la avaricia del sinfín de legados y sus satélites, acrecentando así el cisma que ya se ha llevado tantos discípulos tras de sí”.

 

Nos parece que esta interpretación -habida cuenta que se trata de una ficción literaria- tiene en cuenta todos los datos que hoy en día son punto firme en el estudio de esta cuestión [1].

 

Basten estas observaciones para concluir que D’Espence no “afirma positivamente” que “la Taxa” simoniaca sea “obra de los papas”, como quiere Gay. [2]

 

[1] Conclusión apresurada para una interpretación moldeada a conveniencia. Para muestra, un botón:

Habiendo considerado la interpretación ofrecida “para que sea más inteligible para nuestros días”, nótese el cambio de sentido ejercido, apenas en un renglón, por el anónimo intérprete de Apologética.org, quien termina resumiendo un concepto DIFERENTE a lo que manifestó originalmente Claude D’Espence. Y no es casualidad que esta diferencia sea benéfica a la imagen de Roma.


Texto original dice
: Que de una vez tenga pudor Roma y deje de prostituir toda clase de catálogos criminales de tan baja estirpe 

El intérprete traduce: ¡Tenga ya Roma piedad y deje de emitir semejantes catálogos que no sirven sino para relajar la saludable disciplina de la Iglesia...”

 

¡Vaya! ¿es acaso esto "hacer el mensaje inteligible"? ¿O es cambiarlo?

a. Claude D’Espence dice PUDOR (Honestidad-Recato-Vergüenza), mientras que el intérprete lo traduce como PIEDAD (Misericordia-Conmiseración). Ciertamente dos expresiones DIFERENTES. El primero exige SERIEDAD a Roma, mientras que el segundo lo mal presenta como una “cuasi-súplica” dirigida a la "gran autoridad". Pregunto ¿tan difícil resulta comprender el VERDADERO sentido de las palabras de D’Espence? 

b. D’Espence acusa a Roma de “...prostituir catálogos criminales de tan baja estirpe. Sin embargo el intérprete lo traduce (simplemente) como “emitir semejantes catálogos..”. Queda también en evidencia que se le ha querido quitar la enorme carga acusativa propinada por el autor. 

d. A partir de allí D’Espence hace silencio. Sin embargo el diligente intérprete termina con una frase “suavizadora”, ajena totalmente al escrito original, mencionando la “saludable disciplina de la Iglesia” (??)

Con lo cual, y resumiendo este punto, evalúe el lector si este intérprete de Apologética.org ha expuesto verdaderamente “las ideas de D'Espence, de un modo más inteligible para nuestros días” (sic) o si en su lugar las devaluó, recortó, adaptó y suavizó según viera conveniente...

 

[2] Conclusiones demasiado apresuradas. Hemos visto como el texto ha sido acomodado a voluntad. Y como corolario adecuado, nótese que la persona (anónima) que interpreta a D'Espence, dice "Basten estas observaciones para concluir que D’Espence no “afirma positivamente” que “la Taxa” simoniaca sea “obra de los papas”, como quiere Gay.", cuando D'Espence SI hace explícita referencia al poder central de la Iglesia de Roma, pues nótese que el autor menciona a ROMA. ("Que de una vez tenga pudor Roma...") ¿A quién se refiere al decir "tenga pudor ROMA"...? ¿Qué significa "ROMA" en la jerga eclesial? Agustín de Hipona (Sermones 131, 10) nos da una idea con su famosa frase "Roma ha hablado, la causa está definida" ("Roma locuta est, causa finita est"). Por ende, "ROMA" se refiere a la cúpula de la Iglesia, a la Curia, la que obviamente incluye al Romano Pontífice, quien es su cabeza y máxima autoridad [ver]. Con lo cual, al contrario de lo expresado por el anónimo intérprete del sitio católico fundamentalista Apologética.org, y haciendo uso de mi derecho a opinar, digo que D'Espence SI efectivamente está haciendo referencia a la máxima autoridad de la Santa Madre Iglesia Católica Romana cuando le reclama "a Roma" que detenga esa usina de corruptela simoníaca.

De allí en más cada uno es libre de entender si esta máxima autoridad de la Iglesia ("Roma") incluye también a "los Papas" (como sostiene Teófilo Gay) o no los incluye (como manifiesta el intérprete anónimo de Apologética.org).

Lo que D'Espence ciertamente no hace, al menos en la reproducción de esa porción del escrito ("Comentario a Tito 1:7") aportado por el mismo sitio Apologética.org (vale aclarar) es inculpar directa y explícitamente al Papa León X. Es mi anhelo que el aportante del texto de Claude D'Espence haya obrado con mayor nivel de objetividad que el anónimo intérprete del mismo.

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Daniel Sapia - "Conoceréis la Verdad"

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